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Por Mario Sanchez |
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LLUVIA. Altera la preparación previa de un partido de tenis. |
Comienzo de los partidos.
No siempre se sabe cuándo va a empezar un
partido, a excepción de las últimas rondas. Los jugadores han de esperar a que
termine el partido programado previamente al suyo para jugar. Esto hace que los jugadores tengan que pasar casi todo el día en el Club
donde se disputa el torneo, y en situaciones extremas, debidas a las
inclemencias del tiempo, no se sabe cuándo se van a iniciar los partidos.
De ahí que los jugadores deban adaptarse a esas situaciones de incertidumbre y saber qué tipos de conductas, pensamientos y sentimientos son los más adecuados para encontrarse bien durante ese período. La mayoría de los jugadores hace una entrada en calor antes de los partidos, suelen pelotear durante algunos minutos en los que practican los diferentes golpes. Para realizar los calentamientos es bueno encontrar un lugar adecuado. Hay que iniciar los estiramientos notando las sensaciones corporales y buscando un estado de calma, de relajación. Acompañándose de la respiración y quizá de alguna música los jugadores pueden entrar en ese estado de calma que les permitirá visualizar las imágenes de ellos mismos jugando en la cancha con soltura, con seguridad.
De ahí que los jugadores deban adaptarse a esas situaciones de incertidumbre y saber qué tipos de conductas, pensamientos y sentimientos son los más adecuados para encontrarse bien durante ese período. La mayoría de los jugadores hace una entrada en calor antes de los partidos, suelen pelotear durante algunos minutos en los que practican los diferentes golpes. Para realizar los calentamientos es bueno encontrar un lugar adecuado. Hay que iniciar los estiramientos notando las sensaciones corporales y buscando un estado de calma, de relajación. Acompañándose de la respiración y quizá de alguna música los jugadores pueden entrar en ese estado de calma que les permitirá visualizar las imágenes de ellos mismos jugando en la cancha con soltura, con seguridad.
Cada jugador ha de
averiguar cuáles son esas imágenes que le ayudan a conseguir ese estado de
seguridad y tranquilidad al entrar en la cancha, así como los ejercicios que
les facilitan el camino para conseguirlos. Estos ejercicios se van a convertir
en rutinas precompetitivas.
Desde el momento que se entra a la cancha
deben tenerse programadas las diferentes conductas previas al partido, como por
ejemplo, donde dejar el bolso, sacar la toalla, el agua, etc. Además es conveniente que se tenga decidido
con anterioridad si se quiere sacar, devolver, el lado de la cancha donde se
quiere empezar o dejarle decidir al rival. Saber lo que se tiene que hacer
desde que se entra en la cancha ayuda a focalizar la atención en todas esas
pequeñas cosas y evitar la distracción que pueden ocasionar estímulos tales
como las miradas del público, las cámaras, los aplausos.

Cada jugador ha de identificar lo que le
ayuda a soltarse en los momentos iniciales y a eliminar las amenazas típicas
previas a la competencia. Para liberar la tensión inicial hay que controlar
bien la respiración y los movimientos del cuerpo ( por ejemplo, los jugadores
pueden explorar si les sirve dar saltitos, estirar el cuerpo, expulsar el aire
al pegar a la pelota y notar cómo va soltando los músculos, o cualquier otra
conducta que les permita sentirse sueltos, sin tensión). Es importante
focalizar en practicar los diferentes golpes (sin mirar si la bola entra o no),
sabiendo que en esos primeros momentos lo más importante es conseguir la
sensación de “sentirse cómodo” en la cancha. Ha de tomarse el tiempo necesario
y sentir que no tiene necesidad de correr, incluso aunque cometa algunos
errores.
Ha de ir buscando su propio ritmo de movimientos. El funcionamiento
adecuado y consistente de todas esas pequeñas cosas deben ir adquiriéndose y
practicándose de forma rutinaria hasta que finalmente constituyen la forma
característica del juego de cada jugador.

Si atendemos a la estructura del juego
observamos que desde que se inicia un partido hasta que termina, éste se divide
principalmente en tres grandes partes: el período entre puntos (cuando la pelota no está en juego), el
período durante el punto (cuando la pelota está en juego) y los cambios de lado
( descansos de 90 segundos). Cada una de estas tres partes debe estar
correctamente diseñada, las cuales trataremos en el próximo encuentro.